domingo, 21 de diciembre de 2008

una buena muestra de que la gente (casi) siempre ha sabido divertirse la tenemos en el gran exito de publico que, durante la edad media, una de las epocas mas aburridas de la humanidad, cosechaba cualquier tipo de ejecucion publica.

era cosa corriente que a un delincuente medieval se le condenara a muerte aunque, para disfrute de los espectadores, la justicia disponia de una gran variedad de procedimientos, no era lo mismo morir de un modo que de otro y la gente hubiera protestado –y no digamos el reo- de dictarse una sentencia inadecuada.

se podia despachar al convicto ahogandole en fango y tambien en agua, que era mucho menos humillante ( y mucho mas limpio ), decapitado con hacha y cuchillo, si se trataba de un miembro de una familia distinguida, con espada ( en esto la gente distinguida era muy estricta ), a los herejes se les quemaba vivos, a no ser que fallecieran en el suplicio o por cualquier otro accidente tonto, en cuyo caso se les quemaba muertos para que no se libraran del castigo merecido.

a los ladrones se les ahorcaba, y si habian muerto antes de la condena y ya estaban enterrados, se ahorcaba a un muñeco que los representaba, a los parricidas y magnicidas se los descuartizaba atandolos a cuatro caballos ( un miembro a cada uno ) a los que se fustigaba para que salieran galopando en distintas direcciones, el resultado era previsible, pero no por ello falto de interes, como puede apreciarse las posibilidades eran muchas, la imaginacion sobraba y el resultado solia agradar bastante al personal.

era espectaculo en estado puro, un espectaculo que ha intentado llegar hasta nuestros dias aunque el tiempo y unos cuantos tiquismiquis le han quitado la gracia haciendole desaparecer su ingrediente esencial...... el realismo.

desde entonces estas cosas ya no han sido igual.

Sarita Amon