Con la religión que nos ha tocado basta, después de cada acto impuro que atente contra alguno de sus mandamientos, ir corriendo a contárselos para que te los absuelvan.
Y como nuev@.
Eso sí, es conveniente hacerlo al momento.
...
Nunca se sabe.
Lo de tener fecha de caducidad y que no te la impriman al nacer es una marranada, por no decir otra cosa más grande.
Que se lo digan a Michael Godwin, que tras varios años esperando ser ejecutado en la silla eléctrica, estaba exultante cuando le comunicaron que su sentencia quedaba reducida "sólo" a cadena perpetua.
Días después, cuando estaba sentado en su retrete de metal intentando arreglar la televisión de su celda, agarró un cable y se electrocutó.
No somos nadie.
Sarita Amon.