miércoles, 19 de mayo de 2010

No tiene nada que ver con una relacion estable -que suele basarse en el cariño, el interes, la admiracion o en otras miles de razones que hacen que esa union sea firme aunque no sea necesariamente satisfactoria-; si hay un sentimiento que las personas nunca experimentan por conveniencia, ese es el enamoramiento.

Pocos procesos como el de arrebatarse por otro (enchocharse que dicen vulgarmente) es tan sincero, espontaneo y abrumador.

Lo curioso del caso es que, aunque nadie sabe por que, todos los estudios sobre el tema afirman que las tres o cuatro veces que -como media- nos ocurre a lo largo de la vida, lo hacemos de gente parecida, ante personas que, aunque puedan tener apariencias distintas, poseen rasgos fisicos o psicologicos muy similares.

Vamos, que la clave del asunto no la tiene el otro y sus caracteristicas (por muy tremendas que estas sean), sino uno mismo y sus gustos, algo que -y eso es lo bueno- nos deja cierto margen de maniobra o esperanza.

La pena es lo poco que dura, porque cuando la pasion va enfriandose y dando paso al amor –lo que no siempre sucede-, el proceso bioquimico que nos ha vuelto tontos perdidos durante unos meses pierde efervescencia, se diluye el misterio... y acaba.


Entonces nos conocemos mas, pero nos seducimos menos. Aunque eso si que es ya otra historia.

Sarita Amon