Que la vida es dura es una verdad universal, pero está claro que no tod@s tienen que hacer el mismo esfuerzo para conseguir aquello a lo que aspiran.
Estas "diferencias" empiezan desde el más principio de los principios, desde la misma fecundación, que al fin y al cabo no es más que una versión reducida de lo que después ocurrirá durante toda la vida.
Y es que la discriminación por sexo es algo ...consustancial a toda persona desde antes incluso de su concepción.
La célula femenina es decir el óvulo que en ese momento sea el "afortunado" solo tiene que esperar para elegir, sin mover un dedo, sin despeinarse.
La célula masculina, el espermatozoide, en cambio tendrá que luchar con uñas y dientes para ser el mejor entre un montón de competidores, con el único propósito de llegar hasta la hembra y ser "atrapado" por ella para siempre.
Al final, y salvo excepciones, sólo uno de aquellos millones, generalmente el que el óvulo quiera, conseguirá penetrar en la célula femenina que no habrá hecho nada más que esperar viendo complacida como su "valiente" vencía mil y un obstáculos para ser merecedora de ella.
Hay cosas que ya desde sus inicios están hechas para entender a la perfección quien va a tener que luchar en esta vida para conseguir lo que otras solo tendrán que esperar a que se lo traigan.
Sarita Amon.
Estas "diferencias" empiezan desde el más principio de los principios, desde la misma fecundación, que al fin y al cabo no es más que una versión reducida de lo que después ocurrirá durante toda la vida.
Y es que la discriminación por sexo es algo ...consustancial a toda persona desde antes incluso de su concepción.
La célula femenina es decir el óvulo que en ese momento sea el "afortunado" solo tiene que esperar para elegir, sin mover un dedo, sin despeinarse.
La célula masculina, el espermatozoide, en cambio tendrá que luchar con uñas y dientes para ser el mejor entre un montón de competidores, con el único propósito de llegar hasta la hembra y ser "atrapado" por ella para siempre.
Al final, y salvo excepciones, sólo uno de aquellos millones, generalmente el que el óvulo quiera, conseguirá penetrar en la célula femenina que no habrá hecho nada más que esperar viendo complacida como su "valiente" vencía mil y un obstáculos para ser merecedora de ella.
Hay cosas que ya desde sus inicios están hechas para entender a la perfección quien va a tener que luchar en esta vida para conseguir lo que otras solo tendrán que esperar a que se lo traigan.
Sarita Amon.