martes, 17 de diciembre de 2013

Normalmente a casi todos nosotros nos llega un momento en la vida en la que nos proponemos “muy seriamente” qué cosas queremos hacer mientras el Dios griego Chronos nos dé la oportunidad de disfrutar de su presencia.

Yo no voy a mentir , muchas veces he empezado la lista de todos esos objetivos, ilusiones, metas o sueños que me gustaría alcanzar, pero he detectado que, inevitablemente e invariablemente, esa lista crece tanto y tanto con el paso del tiempo, que no me queda más remedio que dar una vuelta a este planteamiento, y he decidido que es mejor coger un “atajo” .

Sí, lo reconozco, voy a hacer trampas, porque me he puesto a pensar que dado que quiero/deseo/espero tantas cosas de la vida resultará más breve escribir sobre lo que “no” quiero hacer (recursos del artista le llamarían los pintores, ahorro lingüístico le llamo yo) y eso es lo que quiero reflejar en este post.

Creo que la inmensa mayoría de nosotr@s no nos tomamos el tiempo suficiente para analizar todo aquello que no queremos hacer, o al menos, que nos gustaría poder evitar.

Se me quedará algo atrás (seguro) pero ahí va....

No quiero ni “aspiro” a ser perfecta, ni siquiera a parecerlo, porque la perfección es relativa, suele depender de lo que signifique para los demás, y por eso sería una tarea poco gratificante.

Prefiero asimilar mi propia imperfección y buscar en las personas con las que me cruzo en la vida puntos en común, ahí tal vez es donde encuentro a mis amig@s.

No quiero buscar la felicidad, sería algo así como reconocerla perdida, y a su vez sería reconocer que existe, y sinceramente, ni lo sé ni lo quiero saber.

Me conformo con pensar que en este preciso instante tengo a mi alcance “momentos” más o menos largos y más o menos frecuentes en los que yo me siento “bien” conmigo y con el mundo. ¿Para qué aspirar a más?

No quiero entristecerme porque la vida no sea siempre “a color”, es más, hay una amplia gama de mezcla de blancos y negros muy hermosos.

Ocultaré la tristeza, la transformaré, la disfrazaré con sonrisas, como hace el arco iris. Como todo el mundo sabe, el Sol no brilla en los días grises, y es cuando el arco iris es más intenso, pero no es su labor pintar el azul del cielo.

Habrá días grises, pero sólo tenemos que esperar a que el viento haga su trabajo y aleje las nubes, no tenemos que llorar mientras eso ocurre.

No, no quiero llorar por todo.

No  quiero pasarme la vida haciendo reproches ante situaciones que a mí no me agraden.  

Una vez se ha roto un vaso, ¿por qué nos empeñamos en buscar quién lo tiró? Si ya está roto, lo mejor será buscar la manera de que no vuelva a pasar.

Simplemente y en resumen, no aspiro a ser lo que no soy, ni a dar lo que no tengo, ni a esperar lo que creo que me merezco, porque prefiero tener “aspiraciones realizables”, y así todo lo que venga a mayores será como una especie de superávit sentimental.

Y no busco demasiado, por si no sé dónde buscar...
Quizá esto no tiene sentido, y es que yo soy efectivamente una lunática y nadie se ha planteado así las cosas.

No quiero parecer una lunática, pero si lo parezco, tampoco me importa mucho, al fin y al cabo , cada un@ con su vida.

Sarita amon.