viernes, 20 de diciembre de 2013

Esta claro que las personas humanas no tenemos limites.


Cuando yo misma pensaba que durante esos encuentros familiares - a los que llaman bodas, bautizos y comuniones- nada podria superar las interminables sesiones de besuqueos que tios, primos y demas familia propia o politica se empeñan en plantarte a traicion ( y ademas que se los devuelvas ), al grito de "¡ hooooolaaa cuanto tiempo, y que, ¿ cuando te casas ?!", resulta que he comprobado en mis propias carnes que si, que hay algo peor, mucho peor, y que encima no es incompatible con lo de los osculos, ( es mas, sus efectos se suman )...... que alguno de esos parientes, precisamente ese que hasta entonces habia pensado que un megapixel era algun castigo divino que se trataba con penicilina, descubra, de repente, que su telefono movil también hace fotos.


A saco y sin compasion alguna.


Asi es como actuan estos verdaderos exaltados de la imagen, les da igual lo que estes haciendo, les da igual que  tengas la boca llena o que te estés rascando un pie.


Ellos, bajo el fanático grito de "!no importa si se pueden borrar!", someten a todo lo que esté a su alrededor al más feroz de los acosos.

Y encima hay que ponerles buena cara.

Nada ni nadie puede escapar, sólo cuando aparece otro artista con las mismas intenciones y con otro móvil con cámara en mano, puede uno relajarse un poco y mirar divertido como aquello se convierte en una pelea de machos intentando demostrar quien tiene el mejor aparato y quien es capaz de usar su instrumento con mayor destreza. 

Aunque poco suele durar la alegría en la casa del pobre y en cuanto se dan cuenta de que vas a estornudar, dejan las resoluciones, los megapixel y el visor ocular réflex pentaespejo de altas prestaciones, para volver a la carga e inmortalizarte en ese momento tan entrañable en el que lanzas trocitos de aceitunas rellenas con sabor a anchoas a diestro y siniestro mientras todos te dicen jesús.

Y la tortura nunca está completa sin una gran traca final. 

Para eso se enchufa la cámara a la televisión y ya está. 

Ya pueden todos reírse de ti, a todo color, y en pantalla grande, que para eso la tecnología moderna es así. 

Si un@ ya estaba ridícul@ en la miniatura esa de la "tft-incorporada" para que contar a 42 pulgadas.

Y justo cuando en la foto "DC01212" te vas quedando un pelín traspuest@, por aquello de la digestión más bien, siempre salta alguien gritando eso de "!mira.. si es Toñito!". 

Ya ves tú, como si fuera un prodigio que Toñito, un ceporro que no se mueve del sillón ni para hacer pis estuviera ahí.
Sarita Amon.