miércoles, 27 de mayo de 2009

es una de esas afirmaciones que cuando te vas haciendo mayor adoptas como propia y hasta la conviertes en incuestionable verdad..... “los niños ya no saben divertirse como antes.. cuando nosotros teniamos su edad...” pues igual, los niños ahora son tan felices (o tan infelices) como los demas lo eramos entonces.

es verdad que los pobres angelitos a los que les ha tocado vivir estos tiempos, en vez de una cadena de television (que apenas funcionaba unas pocas horas al dia) tienen, para entretenerse, doscientastreintaytresmil en sesion continua, que en vez de tener que echar una instancia en forma de conferencia para hablar con alguien por telefono desde alguna cabina, no tienen mas remedio que hacerlo por un movil con internet, camara, mp3 y localizador gps incluido, que en vez de disfrutar en la cocina - sin posibilidad de escapatoria que el dormitorio era solo para dormir - de la grata compañia de las broncas de tu madre (con el sonido de las batallitas de la abuela de fondo), ahora pueden irse a su habitacion a descubrir el porno mientras chatean por messenger, y bien cierto es que ahora los pobres hijos no tienen mas remedio que cargar con la responsabilidad de tener que elegir entre miles de productos en impersonales centros comerciales cada vez que se les antoja algo, cuando antes la tienda de la esquina, en la que habia lo que habia, te ahorraba tan engorroso tramite.

llegado a este punto siempre nos queda el autoconvencimiento.... “ si, es verdad, ahora los niños tienen mas cosas, pero nosotros nos divertíamos mas.. juntos, con la imaginacion y una caja de zapatos, construiamos un mundo..." claro, si, es verdad, los juegos de antes eran mucho mas participativos, no teniamos conexion wifi para jugar al mariokart con la nintendo ds del vecino pero las niñas jugabamos al luche a la saltar la cuerda, a las escondidas, no tendriamos clases de karate , ingles, teatro y natacion pero envolviamos bolsas de leche vacias, las poniamos en un palo y, despues de prenderles fuego, haciamos que cada gota ardiendo coincidiera con una hormiga para asi poder escuchar el ruido que hacian achicharrandose... y todo mientras practicabamos, en un festival de participacion y compañerismo, de cualquier cosa.

fui feliz en mi infancia, pero cuando descubro la inmensidad del mundo en el que ahora vivo... creo que naci demasiado pronto.

que, por cierto, va a ser la misma sensacion que tendran la mayoria de los que ahora son niños dentro de unos cuarenta años.

Sarita Amon