viernes, 15 de mayo de 2009

contra el criterio de los que (todavia) no lo son, nosotros, los viejos (siendo benevolente tal y como esta el patio todos los que bordeamos -a un lado o a otro- los cuarenta), no es que tengamos las cosas mas claras que los ( por ahora ) jovenes, lo unico que no tenemos es ganas de discutir.

las discusiones, cuando pasan los años, fatigan, y uno llega a una edad en la que, salvo algunas (muy, muy pocas) de esas cosas que sabes que nunca vas a admitir ( lo que no quiere decir que no las haya hecho, haga o piense hacerlas ), lo acaba llevado todo al terreno de la relatividad.

un planteamiento al que estoy abonada y del que cada vez estoy mas satisfecha, las infinitas posibilidades que en cualquier discusion sobre cualquier tema abre un "sí.. pero no" o un "no.. pero sí" sin ni siquiera romper el principio aristotélico de la no contradiccion, y que tan lejos esta de las pontificaciones absolutas que soliamos perorar cuando eramos (mas) jóvenes, esta ha sido una de las compensaciones que proporciona la experiencia.

y para pocas cosas buenas que tiene, no pienso renunciar a ella.

Sarita Amon