jueves, 8 de julio de 2010

A pesar de no ser precisamente escrupulosa, siempre me ha parecido que entrar en un servicio publico no deja de tener un mucho de espiritudeaventura.

Y no lo digo ya por cuestiones de que aquello este mas o menos guarro, que huela a desinfectante de salas de multicines (¿o es al reves?) o que siempre lleven incorporados de serie a un señor rondando los cien años con artrosis en todas sus articulaciones menos en la de la muñeca y en la del cuello..... lo digo por las maquinitas secamanos automaticas que aparecen como setas en todos los baños y que sustituyen a aquellos inmensos rollos de papel continuo que tanto servicio nos hicieron.

No se yo.

Por muchos controles de seguridad que pasen, por muy modernos que sean, por muy bien que le funcionen sus flamantes sensores de infrarrojos (otro tema que daria para un libro) no dejan de ser unos aparatitos electricos enchufados en un sitio que suele estar mojado (por varias causas y de diversos liquidos) y en el que hay que acercar unas manos humedas...

Vamos que un descuidin de nada y te quedas mas seco que la mojama..

Luego diran que soy un rara por secarme las manos en la falda.

Precavida diria yo.
jajajajujujijijajaja

Sarita Amon