martes, 4 de junio de 2013

La vida son ciclos, ciclos que comienzan y ciclos que concluyen,  porque todo lo que empieza, acaba,  y todo lo que sube (cuando sube), baja.

La vida está compuesta de etapas, etapas en las que van a ser múltiples los factores internos y externos que, en su divergencia estructural y/o coyuntural, determinarán características y circunstancias.

Por una de esas casualidades, y sin comerlo ni beberlo, ahora estoy en uno de esos ciclos.


El hartazgo es total.

 Estoy harta, harta de que la gente me pare por la calle, harta de que crean reconocerme, harta de que me digan cosas , harta de decir que no, de verdad que no.

Vale ya.

No, no soy una actriz famosa.. por mucho que me parezca a alguna.

Los martes, o me subo yo misma la autoestima o lo tengo claro.


Sarita Amon.

Es raro que comer helados, con lo buenos que están, no sean algo inmoral.

Un cardenal de mis tiempos -el renacimiento italiano año más año menos-, decía cada vez que tomaba un helado:"

Es delicioso, lástima que no sea pecado".

En realidad no se comprende por qué tomar un helado no es inmoral, cuando lo es todo lo demás.

Debe haber alguien muy gordo detrás de la industria de los helados; si...
no, ya habría brigadas especiales para perseguir a los adictos de los helados, y su tráfico estaría en manos de bandas colombianas.

Por lo menos.

Sarita Amon.