jueves, 23 de julio de 2009

Dicen que los niños aprenden una media de setenta palabras al dia......ellos solitos, sin embargo, tengo un amigo que, con cierto criterio logico, sostiene que bastan tres frases ( y a veces hasta sobraria alguna ) para poder desenvolverse en la vida.

Tres frases en forma de preguntas que solo seria necesario adaptar un par de veces coincidiendo con las dos grandes etapas que todo ser humano ( persona ) atraviesa en su vida.

Una primera que va desde que empiezas a hablar hasta que encuentras una pareja ( lo que el llama la abduccion ), y una segunda que se extenderia desde el momento en que se produce esa abduccion hasta que uno ya pasa a mejor vida.

En la primera etapa, -que suele coincidir con la residencia permanente (y obligatoria) en casa de tus padres- basta con conocer tres preguntas basicas, preguntas que iran rotando segun las circustancias..... “¿ que hay de comer ?”, para el dia a dia, “¿ cuanto falta ?”, para los viajes, y la imprescindible aunque solo reservada ( por desgracia ) para los fines de semana..... “¿ me das la paga ?".

Puede añadirse una cuarta a modelo de comodin ( de la que no se debe abusar a pesar de las miles de tentaciones que existiran para hacerlo ), y que seria la tan socorrida “¿ pero por que yo ?”.

Tres preguntas que se adaptaran ( aunque levemente ) una vez que se sea abducido por la pareja correspondiente ( segunda etapa natural en la vida de cualquier persona humana ) pasando a.... "¿ que hay de cena ?", para el dia a dia,
“ para que quieres el dinero”, eso para los viajes, y la unica que se repite en las dos etapas, la imprescindible aunque solo reservada para los algun dia los que tengan suerte
“cuanto falta”, que en este caso suele ir acompañada del añadido “te” y alguna coletilla que variara segun costumbre de la casa aunque, sin duda, la mas extendida es aquella de
“¿ cuando te falta ? porque yo ya...”

y acabando con un lema que todos, aunque muy especialmente los que ya tenemos una cierta edad, deberiamos tener muy presente este verano y a la imaginacion de cada uno.

Sarita Amon