jueves, 18 de junio de 2009

El otro dia comentaba de sumarle una horitas mas a cada jornada que nos aliviara de la angustiosa falta de tiempo.

Lo pienso mejor y a lo mejor (seguro) resulta que la cosa es mas una cuestion de calidad que de cantidad, ¿ de que servirian mas horas al dia si al final, y a fuerza de querer rentabilizar el tiempo extra, ibamos a estar mas esclavizados con el?

Es verdad que estamos perdiendo la carrera del tiempo, pero no por falta de velocidad sino por error en la direccion.

Vamos en sentido contrario a lo que deberiamos, la propia demanda de bienestar se ha vuelto tan compleja y sofisticada que satisfacerla nos obliga a perseguir las manillas del reloj de forma compulsiva.

Es como si para contemplar el atardecer, en lugar de sentarnos simplemente en la hierba, mirar y disfrutar del momento, necesitariamos disponer de un asiento anatomico, sentir una capa de tupido cesped bajo nuestros pies y contar con un reloj de alta precision para calcular bien una hora que no podríiamos dejar de mirar.

¿ seriamos capaces de caminar al paso de un niño y pararnos a contemplar con el una fila de hormigas sin pensar que estamos perdiendo el tiempo?

No se trata de tener mas, al fin y al cabo hay el que hay, se trata de usarlo mejor, si queremos ganar la carrera al tiempo tendremos que empezar a aprender a perderlo.

Sarita Amon