lunes, 23 de marzo de 2009

POR SI NADIE LO CONOCE.ES JULIO IGLESIA CON LA ALCALDESA DE LA MUELA Y YO DETRAS.......EL MUNDO ES UN PAÑUELO

QUIEN ESCUCHA UN RUMOR, NO TIENE LA CERTEZA DE QUE SEA CIERTO.

Sarita Amon

hay dias, hay temporadas, -hay siglos-, que todo aveces se nos antoja dificultoso, las cosas mas sencillas se nos hacen una montaña.

durante todo el tiempo es un combate a brazo partido paraganarle el pulso a lo cotidiano.

hoy, despues de recoger unos papeles en un edificio "oficial"
- ! que cosa tan molesta !-, he cruzado por un paseo de mi ciudad y me he detenido delante de una floristeria habia un pequeño olivo con las hojas plateadas giradas hacia mi, brillando al sol, he entendido que era un acto de seduccion, un canto de sirena, y, precipitada y sin darle tiempo a los preambulos, lo he comprado.

y alli estabamos, paseando el olivo y yo, entre la gente y los ersonajes caracteristicos pero poco frecuentes de estas calles, algun mantero vendiendo pelis de estreno, bolsos, carteras, cinturones, algun music@ tocando con extraordinaria profesionalidad y sensibilidad una pieza famosa y siempre pienso lo mismo " tanto conservatorio, para acabar en la calle, una pena "alguna estatua humana, tan integradas al paisaje, que cuando al anochecer recogen sus bartulos y monedas, se crea un gran vacio, semejante a la idea de ir al vaticano a contemplar la boveda de la capilla sixtina y encontrarnos que las pinturas han sido cubiertas.

he cogido un autobus el 38, yo, sintiendome un poco singular sentada entre una embarazada y un ejecutivo y con el arbolillo
-que fuera de contexto parecia mas grande-, acomodado en mi regazo, y me imagino que el pobre oleastro, ahora sin brillo bajo las luces del duro neon, apretujado entre un gran bolso y mi pecho, sintiendose totalmente desplazado.

al llegar a casa, lo he colocado donde no deberia estar, en un lugar donde nunca lo arrullara el sol, pero donde mis ojos lo veran desde cualquier angulo del salon, y es que hay dias,
-siglos-, que es necesario comprar un olivo enano, y que su efecto placebo adormile unas ansias de paisaje panoramico.

Sarita mon