domingo, 4 de febrero de 2007


la vida es como un gran puzzle



y cada persona, cada situacion y cada momento son nuevas piezas que ir encajando en nuestro gran puzzle.

en muchas ocasiones dudamos de donde colocar la pieza que en ese momento cae en nuestras manos y nos sentimos confundidos, porque no sabemos si va al lado de nuestro corazon o tan solo esta alli para ayudarnos a recolocar otras que andan sueltas y no encontramos su sitio justo.

igual que cuando abrimos la caja, día a día hay cosas nuevas que añadir, algunas son poco importantes o quizas a primera vista pueda parecerlo, pero al igual que son muchas las piezas que componen un cielo azul, todas tienen un valor incalculable, porque si falta tan solo una, las demas no tienen sentido.

el ser humano es soñador por naturaleza, lo que hace que muchas veces pierda el norte real de las cosas, tenemos tantas ilusiones, hacemos tantos planes en base a lo que hemos soñado, que cuando estos fallan o no se cumplen tal y como habiamos esperado, el abatimiento nos inunda, son esos momentos en que nos encontramos con un monton de piezas y no sabemos que hacer con ellas.

y es que no siempre depende de nosotros mismos, el conseguir que estos sueños se realicen, es cuando se mezclan las piezas de otro puzzle para formar uno mas grande.

entonces hay un tiempo de desbarajuste total, diferentes paisajes, diferentes momentos que cada cual ha vivido por su lado y que tan solo con mucha paciencia, una gran dosis de comprension y mucha fuerza de voluntad se pueden ir superando.

son esas vivencias que a lo largo de todo este tiempo hemos tenido las que nos forman como personas, en las que nuestra personalidad se basa, para que a la hora de reaccionar ante estos momentos de desconcierto, tomemos las decisiones mas oportunas.

y aunque no siempre son las mejores, ni las que nos hacen más felices, tenemos que colocar esas piezas tambien, encajarlas como mejor podamos dentro de nuestra mente y lo que es mas importante dentro de nuestro corazon.

en muchas ocasiones complicamos las cosas mas sencillas, los hombres tenemos el don de la palabra y cuantas veces desperdiciamos esta gracia y callamos en los momentos en que una sola palabra haria que encajaran cien piezas de golpe.

y ¿ por que ? por nuestros miedos, tantos miedos que nos detienen, tantos miedos que nos coartan.Que pensaran los demas de mi si en este momento encajo esta pieza en mi vida, que diran de mi si no hago, precisamente, lo que ellos esperan que haga.

y hasta ese extremo llegamos a condicionar nuestras vidas, que en la mayoria de casos, nos perdemos lo mejor que nos tiene guardado.

las sorpresas que nos depara el destino y que hacen que merezca la pena seguir sin rendirse.

a veces esos trozos que forman nuestro puzzle cambian de valor y lo que hasta hace un tiempo era pieza base en nuestra vida, en donde giraba todo a su alrededor, por un motivo u otro pasa con el tiempo a un segundo plano.

podrian ser los amigos que en nuestro camino encontramos y que en su momento son tan importantes y que el tiempo o la distancia hacen que se olviden, aunque no del todo, porque cada una de las personas que a lo largo de nuestra vida conocemos hace que se enriquezca esta.Inevitablemente algunas dejan un rastro de dolor a su paso y una marca de la herida que causo, que como una pequeña cicatriz, en un principio duele a rabiar, para acabar dejando tan solo una señal que con el tiempo, casi ni la vemos o que solo nos acordamos de ella en contadas ocasiones.Son surcos de unión entre pedazo y pedazo, necesarios para que todo encaje, porque al igual que no sabríamos distinguir entre penas y alegrías, sino hubiera de las dos cosas para poder comparar, tampoco sabriamos cuando algo es bueno, si no tuviesemos algo de malo.

disfrutamos el doble de un día de sol si el anterior fue triste y lluvioso.

ya se que son topicos, pero cuantas veces en situaciones que nos creemos al limite de nuestras fuerzas, cuando no encontramos la salida, cuando parece que todo nuestro puzzle se nos cae encima, porque alguien ha dado un fuerte golpe encima de la mesa y nos ha descolocado todo.

olvidamos que no es así, que de una forma u otra se sale, mas o menos dañado, pero mientras se tiene un aliento y un latir en el corazon, el paisaje de nuestra vida seguira pintandose pieza a pieza.