a veces lo que nos pasa no siempre coincide con lo que sucede a nuestro alrededor.
y no es un trabalenguas, ni siquiera algo ingenioso.
es algo bien sencillo de entender.... hay veces que lo que nos pasa no coincide con lo que sucede.
en cuantas ocasiones no hemos podido disfrutar como hubiesemos querido de una intima alegria porque en nuestro entorno hubiera quedado como una extravagancia... cuantas veces no pudimos demostrar tristeza porque al lado no querian escucharla y cuantas veces no pudimos manifestar el afecto en exceso que nos hubiera apetecido porque, segun con quien estuvieras tratando, pensaria que ronda por tu cabeza algun desequilibrio.
a veces pienso que ya estamos hechos a avanzar a trompicones como los canguros salvando las dificultades, disfrutando de las alegrias con el recelo permanente de que algo pasa, que no es posible ser feliz.
por una cuestion de supervivencia social nos hemos acostumbrado demasiado a sonreir ante las adversidades y a contener nuestra ganas de brincar ante las alegrias, porque... no se por que, no acabo de entender por que.
llorar es sano y reir tambien, pero lo hacemos al reves demasiadas veces.
intentando engañar a quien no se engaña, que es uno mismo.
no seria mala cosa que empezaramos a aceptar con mas naturalidad el poder expresar nuestras alegrias y nuestras desgracias, el lloro alegre y el lloro triste, a lo mejor conseguimos hasta enriquecernos compartiendo la contrariedad y los lios que se esconden entre lo que nos pasa y lo que nos sucede.
por intentarlo...