siempre me ha llamado la atencion el exito de las relaciones virtuales.
de unos años para aca, el mundo ha empezado a poblarse de parejas sin rostro, gente que escribe a deshoras, que se cuentan las mas intimas de las mentiras, y que muestra su lado mas oscuro - que es casi siempre el mas apetecible - a traves de la pantalla de un ordenador.
el mecanismo es, con algun que otro matiz, siempre el mismo.
da igual que sea en una pagina consagrada a hacer sesiones espiritistas a las horas y a las medias o en un foro dedicado exclusivamente a debatir el mejor tipo de luz que hay que poner para hacer fotografias de pies desnudos al amanecer
( por increíble que parezca los dos casos existen en la red ), en un furtivo momento dos voluntades coinciden casualmente en el rincon menos pensado.
un primer saludo, un cambio de frases hechas y una conversacion que se ira alargando cada dia un poco mas hasta que ambos acaben fabricandose el mundo que les gustaria tener, un mundo de mentira, pero un mundo en el que ambos son los unicos dueños.
y, aunque la ristra de ventajas e inconvenientes de este tipo de relaciones daria para escribir un buen puñado de entradas, siempre he pensado que si en algo ganan a las relaciones tradicionales es en la hora de su desaparicion.
tienen el final ideal de cualquier relacion, la retirada mas indolora y limpia.
donde no hay carne, no hay miseria.
los corazones nunca se rompen por completo, y el dolor de la ruptura tampoco tiene el suficiente cuerpo..... no hay un brazo, una espalda, ni un solo musculo cuyo recuerdo pueda torturar.
ni, sobre todo, hay unos ojos para echar de menos.
algo que, llegado el momento, se agradece.
y mucho.
Sarita Amon