sábado, 28 de junio de 2008

MARAVILLOSAS OCUPACIONES

que maravillosa ocupacion cortarle la pata a una araña, ponerla en un sobre, escribir señor ministro de relaciones exteriores, agregar la direccion, bajar a saltos la escalera, despachar la carta en el buzon de la esquina.


que maravillosa ocupación ir andando por el algun bulevar contando los arboles, y cada cinco detenerse un momento sobre un solo pie y esperar que alguien mire, y entonces soltar un grito seco y breve, girar como una peonza, con los brazos bien abiertos, identico al ave cakuy que se duele en los arboles del norte chileno.


que maravillosa ocupacion entrar en un cafe y pedir azucar, otra vez azucar, tres o cuatro veces azucar, e ir formando un monton en el centro de la mesa, mientras crece la ira en los camareros y debajo de los delantales blancos, y exactamente en medio del monton de azucar echar un poquito de agua, y seguir el descenso del pequeño glaciar de agua, oir el ruido de piedras rotas que lo acompaña y que nace en las gargantas contraidas de cinco parroquianos y del patron, hombre honesto a sus horas.


que maravillosa ocupacion tomar el bus, bajarse delante del ministerio, abrirse paso a golpes de sobres con sellos, dejar atras al ultimo secretario y entrar, firme y seria, en el gran despacho de espejos, exactamente en el momento en que un ujier vestido de azul entrega al ministro una carta, y verlo abrir el sobre con una plegadera de origen historico, meter dos dedos delicados y retirar la pata de araña, quedarse mirandola, y entonces imitar el zumbido de una mosca y ver como el ministro palidece, quiere tirar la pata pero no puede, esta atrapado por la pata.

Sarita Amon