todos hemos tenido de niños algun juguete que nos creaba un especial desasosiego.
ocurria sobre todo con muñecas, aquellas heredadas de madres, tias o abuelas.
que mal rollo producian aquellas caritas de porcelana.
o aquellos muñecos de trapo que se empeñaban en adoptar extrañas posturas y que en la penumbra de la noche se convertian en terribles fantasmas al acecho de los sueños para convertirlos en horribles pesadillas...habia que ser muy valiente, para levantarse en plena noche a guardar el muñeco o al menos echarle un trapo por encima.
todo esto viene a cuento, porque desde hace ya un tiempo, deambula por mi casa una bella durmiente que perdio la luz de sus ojos...
Sarita Amon
sarita-amon.blogspot.com