miércoles, 4 de febrero de 2015

Hoy voy a coger un pincel, lienzo y pinturas como no hay otros, el pincel sera mi voluntad el lienzo mi rostro y las pinturas mis emociones.

Hoy, tomare firmemente el pincel de mi voluntad y con un movimiento seguro y decidido lo mojare profundamente en mi emociones escogiendo un color que sea atractivo y brillante que trasmita calor y alegria, y pintare una gran sonrisa en mi rostro la dibujare con cuidado y de manera conciensuda, aplicare unas cuantas líneas de expresion a mi obra.

Unas cuantas líneas de expresion por aqui, unas cuantas mas por alla, agregare una mirada brillante y franca, con una chispa de picardia que tomare de mis emociones.

Quizas agrege de vez en vez tambien, breves pinceladas de frescura de la risa.

Alla voy... bien... muy bien, asi, tan solo un poco, no exagerare, estas lineas del entrecejo no van con la sonrisa ni tampoco las tengo, cubrire mi rostro con una espresion de relajacion todo debe quedar natural, y alegre ya habra tiempo para dibujar naturalezas muertas y momento subrrealistas.

Ahora tan solo una sonrisa un poco mas... listo.

Teminado me acerco al espejo y contemplo mi obra, nada mal, despues saldre a la calle, como todo artista decida exhibir mi obra.

Pasare frente a otros rostros, un lienzo gris, apagado y sin colores luce en la persona de enfrente, sin pensarlo mas le espongo mi obra, si, le muestro mi sonrisa y de pronto, noto un cambio en ella, mi voluntad se mueve sola y reprodusco otra vez una sonrisa en el rostro antes extraño ajeno y girs.

El a su vez comprueba la nueva imagen que en su rostro se exhibe y queda complacido al verla ahora es su turno, toma su propio pincel y lo moja en sus propias pinturas y va en busca de alguien mas a quien contagiar aquel estilo.

Por mi lado, pinto un suave y melodioso silbido en mi boca y camino complacida, sabiendo que alguien recibió y trasmite mi obra como si fuera de él mismo...

Sarita Amon.