jueves, 5 de diciembre de 2013


Hacia unos años conoci a una pareja,  los veía pero nunca los había mirado, un día me fijé en ellos por primera vez.

Él con su chaqueta roída hasta las rodillas, ella con su poncho de lana.

Andaban por la calle, cogidos de la mano, cargados con bolsas de la compra, pocas.

De vez en cuando se miraban se sonreían y se daban un beso.

En ese momento me pregunté ¿es posible amarse eternamente?

A saber la de tiempo que hace que están juntos, que son una sola cosa, una sola alma, una sola persona.

Los seguí un rato, sin que se dieran cuenta.

Pararon en el horno, la pescadería y la verdulería.

Él esperó fuera, se lió un poco de tabaco y miró quién sabe lo que, se sacó una pequeña novela del bolsillo del gabán y la releyó.

Todas las dependientas eran amables con ella, salía de las tiendas con la sonrisa en los labios.

Se dieron la mano y volvían a andar, lentamente, no tenían prisa, nadie les esperaba en ningún sitio.

Andaban en silencio, se miraban, se sonreían, se amaban en silencio, tranquilamente.

Eran la imagen de la bondad, el amor para siempre, los hubiera secuestrado y me los hubiera llevado a casa, para que me contaran cosas de ellos, de cómo y dónde se conocieron, de lo que han vivido juntos, querría que llenasen mi vida, que me inundaran con su bondad, su cariño hacia las cosas sencillas, hacia lo bonito que puede ser el tener alguien al lado para siempre.

Pasaron unos meses y un dia la vi, ella iba sola, mas cargada que nunca,

llevaba una tristeza grabada en la cara, le falta algo, un bastón, un perro lazarillo, alguien que la guíe por los sitios, la veia  perdida en su laberinto.

Él ya no está para llevarle la compra, esperarla en la puerta del horno, de la pescadería, de la verdulería.

Él habia muerto hacia un par de semanas, y ella moria lentamente con él.

Cada día que la veia observaba que le resulta mas pesado salir a la calle, comprar para una sola persona, intuia que su casa estába mas vacía y fría que nunca,  ¿ porqué te has ido? , se preguntaria constantemente, y miraria al cielo buscando una respuesta de porque su amor  la habia dejado sola, aquí abajo.

Me imaginaba que ella rezaba cada noche para no despertarse por la mañana, para no tener que enfrentarse cada día a la soledad, al mundo frío que era  ahora su vida.

Unos dias despues me partio el corazon y pedi al cielo que se la llevara a su lado, no se que habra sido de ella, pero hay personas que sin conocerlas calan hondo.

Sarita Amon.