lunes, 1 de diciembre de 2008

siempre me han encantado las estaciones sobre todo las de autobuses y trenes, me he pasado muchas horas de mi vida esperando en ellas, me gusta absorverme con la gente, imaginar a donde iran, a quien esperaran, de donde vendran...

no hace mucho, antes del verano en barcelona sentada en unas escaleras alrededor de la plaza cataluña esperaba un autobus, faltaban 15 minutos para la llegada del bus, tenia tiempo para divagar, alguien me miraba desde lejos, me sonreia, instantaneamente le devolvi la sonrisa, se fue acercando despacio, tanteandome desde la distancia, y acabo sentado a mi lado mirandome y soriendo abiertamente.

le saque la lengua y el se convirtio en una cacada de risas, me hizo cosquillas, jugamos sin palabras, sus carcajadas se convirtieron en pequeñas inundaciones de mis sentidos, alguien venia a por el, no queria irse, pataleaba al alejarse, creia que me molestaba, intente decir que no pasaba nada, lee en mi rostro y mis gestos que podia estar tranquilo, entonces volvio corriendo hacia mi, perdiendo el equilibrio, pense ni dos años debe tener.

me cogio la mano, seguimos jugando y el no dejaba de sonreir, llega el autobus que esperaba y le explico que tengo que irme, me miro fijamente, sin parar de sonreir, sabia que no comprendia el concepto, le di un beso en la mejilla y te dije adios con la mano, eso le divirtio y sonrio aun mas.

cuando subi al autobus me quede mirandole y pense en ese instante que nos separaba todo un mundo, ni hablabamos el mismo idioma, pero comprobe una vez mas que el verdadero lenguaje universal es la risa del corazon.

Sarita Amon