La vida es una experiencia llena de constrastes, y por tanto asi como hay sufrimientos también existen los placeres.
Hay diferentes tipos de placeres y cada uno de nosotros los experimentamos en diversas manera y en distintos niveles de intensidad, existe por ejemplo, el placer de comer.
El simple acto de ingerir nuestros alimentos puede elevarse de ser una experiencia mundana y de sobrevivencia a una experiencia trascendental llega de aromas, texturas, colores, sensaciones, y sabores.
Hay diferentes tipos de placeres y cada uno de nosotros los experimentamos en diversas manera y en distintos niveles de intensidad, existe por ejemplo, el placer de comer.
El simple acto de ingerir nuestros alimentos puede elevarse de ser una experiencia mundana y de sobrevivencia a una experiencia trascendental llega de aromas, texturas, colores, sensaciones, y sabores.
No es lo mismo comer una comida de dos o tres tiempos como hacemos todos los dias, a degustar una comida que puede componerse de varios tiempos y que comience con aperitivos desde solidos a liquidos, no es lo mismo beber agua a disfrutar del vino adecuado con el sabor y olor exactos para hacer combinacion con el plato que vayamos a degustar.
El placer de contemplar lo que nos rodea, pocas veces nos damos tiempo de mirar a nuestro alrrededor y contemplar a nuestras anchas el cielo, la nubes, el sol que se oculta de manera timida y lenta dejando un rastro de diferentes tonos de carmin, sabiendo que dentro de poco la noche extendera su dominio, mientas su reina la luna se instala en su trono en el cielo.
El placer de leer un libro, de perdernos en las ideas o las imagenes que alguien a puesto atravez de sus letras ya sea para compartirnos sus conocimiento o bien llevarnos de la mano a la vida de personas o mundos que no han existido, o podrían llegar a existir.
El placer de contemplar lo que nos rodea, pocas veces nos damos tiempo de mirar a nuestro alrrededor y contemplar a nuestras anchas el cielo, la nubes, el sol que se oculta de manera timida y lenta dejando un rastro de diferentes tonos de carmin, sabiendo que dentro de poco la noche extendera su dominio, mientas su reina la luna se instala en su trono en el cielo.
El placer de leer un libro, de perdernos en las ideas o las imagenes que alguien a puesto atravez de sus letras ya sea para compartirnos sus conocimiento o bien llevarnos de la mano a la vida de personas o mundos que no han existido, o podrían llegar a existir.
El placer de encadenar letra a letra, palabra a palabra, frase a frase, linea a linea, hoja a hoja hasta que podemos formar el cuadro completo de lo que el autor creo poco a poco.
Hay un placer que ya casi no se disfruta y que parece volverse cada dia mas escaso y por lo mismo precioso... el placer de una buena charla.
Antaño, los hombres solian sentarse alrrededor del fuego al terminar el dia y hablaban unos con los otros, y a travez de su charla fortalecian los lazos que los mantenian unidos y les daban su caracter de personas, de seres racionales, de seres pensantes que se apiñaban uno junto al otro con un motivo mucho mas elevado que el tan solo decir donde se podia conseguir el mejor alimento y las mejores parejas.
los hombre se sentaban junto al fuego y aunque si bien es cierto hablaban de cosas mundanas, tambien hablaban de sus sueños, sus temores y sus esperanzas.
Hay un placer que ya casi no se disfruta y que parece volverse cada dia mas escaso y por lo mismo precioso... el placer de una buena charla.
Antaño, los hombres solian sentarse alrrededor del fuego al terminar el dia y hablaban unos con los otros, y a travez de su charla fortalecian los lazos que los mantenian unidos y les daban su caracter de personas, de seres racionales, de seres pensantes que se apiñaban uno junto al otro con un motivo mucho mas elevado que el tan solo decir donde se podia conseguir el mejor alimento y las mejores parejas.
los hombre se sentaban junto al fuego y aunque si bien es cierto hablaban de cosas mundanas, tambien hablaban de sus sueños, sus temores y sus esperanzas.
hilaban historias que tenian como base las formas de las estrellas, el brillo de la luna, el calor del sol, la ternura de la madre tierra, las caractieristicas animales que deseaban tener, astucia, valor, fuerza, lealtad, trabajo, sacrificio.
Construian sin mas herramienta que su voz, reinos maravillosos, tan altos como las nubes en el cielo y tan brillantes como el sol mismo, relaciones tan firmes como el suelo en que estaban sentados y tan calidas como el fuego que los calentaba y los mantenia reunidos.
Adornaban todo esto con risas o de vez en cuando le daban matices con afirmaciones silenciosas con la cabeza o un gesto.
Este es un gran placer que ahora ya casi no se encuentra, muchas de las charlas que ahora vienen a mi son vacias, huecas, nacen muertas o bien carecen de alma, son una clase de vida artificial, hablan de todo sin alma, sin escencia, sin espiritu, sin razon, en el que tan solo reina la carne.
Las palabras solo brotan para describir coches que nunca se tendran, para criticar al amigo, al hermano, al vecino, al projimo, tal pareciera que ahora las palabras fueran empleadas como armas, ya no brotan mas flores de ellas sino cardos que buscan clavarse en el alma del que escucha y hacer el mayor daño posible.
Ya no escucho o me involucro fácilmente en discusiones acerca de libros, de los misterios del alma, ya casi no escucho la risa nacida del alma, mas bien escucho una risa plastica y superficial que brota de manantiales carentes de ingenio o profundidad.
La mayoria de las charlas ahora son a gritos, son competencias acerca de quien puede imponer su opinion acerca de tal o cual tema, son duelos entre toscas criaturas que se empujan de manera burda tratando de ver quien puede decir el mayor numero de sin sentidos y con estos tumbar al otr@ del pedestal de sin razones que ambos han construido.
Es por ello que cuando encuentro la charla casual, amable, inteligente, que no busca imponerse sino mas bien darse a entender, la charla que construye, que respeta tanto a los que estan involucrados en ella como a los que no lo estan, me embargo de un gran placer, el palcer de poder echar un vistazo al corazon, a la mente o al alma de aquel o aquella con quien estoy charlado, el placer de charlar cuando tu interlocutor espera paciente a que termines de hablar y luego tu puedes hacer lo mismo, donde ambos contruyen con palabras recuerdos alegres, risas liavianas, conclusiones acertadas, pequeños hechos de la vida que de pronto pueden elevarse a grandes verdades al ser dichas o repetidas por varias bocas presentes en la misma charla, el placer de saber que aquello que flota en tu mente no es un sin sentido, que alguien mas siente como tu, sueña como tu o simplemente encuentra grave o gracioso lo mismo que tu encuentras asi, el sentir el alma satisfecha una vez que hemos hablado y escuchado, el tener a flor de piel esa sonrisa, ese gesto de satisfaccion, el ver una luz suave que poco a poco se va haciendo mas brillante y nos abre camino a todo lo que en verdad lo deseamos.
Sarita Amon.
Construian sin mas herramienta que su voz, reinos maravillosos, tan altos como las nubes en el cielo y tan brillantes como el sol mismo, relaciones tan firmes como el suelo en que estaban sentados y tan calidas como el fuego que los calentaba y los mantenia reunidos.
Adornaban todo esto con risas o de vez en cuando le daban matices con afirmaciones silenciosas con la cabeza o un gesto.
Este es un gran placer que ahora ya casi no se encuentra, muchas de las charlas que ahora vienen a mi son vacias, huecas, nacen muertas o bien carecen de alma, son una clase de vida artificial, hablan de todo sin alma, sin escencia, sin espiritu, sin razon, en el que tan solo reina la carne.
Las palabras solo brotan para describir coches que nunca se tendran, para criticar al amigo, al hermano, al vecino, al projimo, tal pareciera que ahora las palabras fueran empleadas como armas, ya no brotan mas flores de ellas sino cardos que buscan clavarse en el alma del que escucha y hacer el mayor daño posible.
Ya no escucho o me involucro fácilmente en discusiones acerca de libros, de los misterios del alma, ya casi no escucho la risa nacida del alma, mas bien escucho una risa plastica y superficial que brota de manantiales carentes de ingenio o profundidad.
La mayoria de las charlas ahora son a gritos, son competencias acerca de quien puede imponer su opinion acerca de tal o cual tema, son duelos entre toscas criaturas que se empujan de manera burda tratando de ver quien puede decir el mayor numero de sin sentidos y con estos tumbar al otr@ del pedestal de sin razones que ambos han construido.
Es por ello que cuando encuentro la charla casual, amable, inteligente, que no busca imponerse sino mas bien darse a entender, la charla que construye, que respeta tanto a los que estan involucrados en ella como a los que no lo estan, me embargo de un gran placer, el palcer de poder echar un vistazo al corazon, a la mente o al alma de aquel o aquella con quien estoy charlado, el placer de charlar cuando tu interlocutor espera paciente a que termines de hablar y luego tu puedes hacer lo mismo, donde ambos contruyen con palabras recuerdos alegres, risas liavianas, conclusiones acertadas, pequeños hechos de la vida que de pronto pueden elevarse a grandes verdades al ser dichas o repetidas por varias bocas presentes en la misma charla, el placer de saber que aquello que flota en tu mente no es un sin sentido, que alguien mas siente como tu, sueña como tu o simplemente encuentra grave o gracioso lo mismo que tu encuentras asi, el sentir el alma satisfecha una vez que hemos hablado y escuchado, el tener a flor de piel esa sonrisa, ese gesto de satisfaccion, el ver una luz suave que poco a poco se va haciendo mas brillante y nos abre camino a todo lo que en verdad lo deseamos.
Sarita Amon.